Seguimos con los santos... En la Avenida César Augusto, en la fachada de la iglesia del Colegio Escolapio (1736), hay tres figuras de santos. Hoy me fijo en la de la derecha: Santo Tomás de Villanueva (1488 - 1555), cuya imagen está acompañada por la de un hombre a quien parece dar algo. Buscando datos, conozco que se trataba de un santo muy limosnero que a pesar de la comodidad económica de su familia muchas veces andaba desnudo porque había dado sus vestidos a los pobres. Pero, como ya me pasó con otros santos, junto al significado de la iconografía encuentro otros hechos curiosos.
Leo en Wikipedia que fue de los mayores fustigadores de la fiesta de lo toros. Siendo arzobispo de Valencia llegó a preguntarse:“¿Hay brutalidad mayor que provocar a una fiera para que despedace al hombre?” Y tras calificar este espectáculo de “duro y cruelísimo” denunciaba “en nombre de Jesucristo, a todos cuantos obráis y consentís o no prohibís las corridas”, y a todos ellos les conminaba de esta manera: “no sólo pecáis mortalmente, sino que sois homicidas y deudores delante de Dios”. El día que Villanueva fue canonizado, tal evento se celebró en Valencia, Zaragoza y otras ciudades… ¡con una corrida!
Por aquí sí paso a diario
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