domingo, 31 de diciembre de 2017
sábado, 30 de diciembre de 2017
jueves, 28 de diciembre de 2017
martes, 26 de diciembre de 2017
domingo, 24 de diciembre de 2017
viernes, 22 de diciembre de 2017
miércoles, 20 de diciembre de 2017
martes, 19 de diciembre de 2017
domingo, 17 de diciembre de 2017
sábado, 16 de diciembre de 2017
Visita oriental
Ya no es novedad ver grupos de turistas chinos haciendo fotos y comiendo jamón en la Calle Alfonso, pero lo que no esperaba encontrar era un pato mandarín en el Huerva. Por su vistoso plumaje supe que era un macho pues, como sucede en muchas especies de aves, los presumidos son ellos. Considerado en China como animal portador de buena fortuna, y de amor y afecto
conyugal, tradicionalmente una pareja de estos patos
era el regalo principal en las bodas más importantes.
jueves, 14 de diciembre de 2017
martes, 12 de diciembre de 2017
Lo conseguí
Durante mucho tiempo, al ver pasar por la ribera como una centella azul al martín pescador, pensé cuánto me gustaría poder capturar con aceptable nitidez su imagen en vuelo. Con un poco de observación, de cabeza y de paciencia, al fin la he conseguido y, contento por ello, aquí la traigo.
Fotos: Río Ebro.
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animales,
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domingo, 10 de diciembre de 2017
viernes, 8 de diciembre de 2017
miércoles, 6 de diciembre de 2017
lunes, 4 de diciembre de 2017
sábado, 2 de diciembre de 2017
jueves, 30 de noviembre de 2017
Mis trenes
1971: Siendo adolescente hice mis primeros viajes en tren. A Barcelona, desde la Estación del Norte en el Arrabal. Y a Madrid, desde la "Estación de Madrid" (El Portillo). Eran trenes Expreso nocturnos, de color verde oliva, con altos estribos a los que los viajeros zaragozanos subíamos en horas intempestivas (hacia las 3 de la madrugada) para llegar con la mañana al destino.
En los compartimentos dormían los viajeros, a veces tendidos y ocupando varios asientos. Entonces había que despertar a alguno de ellos para sentarte. Eras recibido con un gruñido malhumorado, entre algunos ronquidos de los demás y el mareante olor a piés de los soldados, liberados de las botas, en ida o vuelta de un permiso a casa. Sus petates de lona, cargados de ropa apenas dejaban sitio para tu maleta.
En aquel tiempo, viajes como esos eran en mi entorno (y en el de casi todos) algo excepcional. Para mí, una vez al año, dos como mucho. Por eso, nervioso, llegaba a la estación con mucha anticipación, para no perder el tren.
En el viaje de vuelta, a la hora de la cena, aparecían los bocadillos, las tortillas en fiambrera (aún no se hablaba de Tupperwares) y los embutidos ("Pruebe, pruebe, que es casero").
Llamaban mi atención en otras vías los vagones azules de Wagoons Lits Cook, con sus compartimentos-habitación y su elegante comedor. "No son para mí", pensaba. Desde una visión del mundo infantil, provinciana y peliculera, despertaban en mi imaginación tramas de amores aristócratas, espías y asesinatos a lo Agatha Christie.
En el viaje de vuelta, a la hora de la cena, aparecían los bocadillos, las tortillas en fiambrera (aún no se hablaba de Tupperwares) y los embutidos ("Pruebe, pruebe, que es casero").
Llamaban mi atención en otras vías los vagones azules de Wagoons Lits Cook, con sus compartimentos-habitación y su elegante comedor. "No son para mí", pensaba. Desde una visión del mundo infantil, provinciana y peliculera, despertaban en mi imaginación tramas de amores aristócratas, espías y asesinatos a lo Agatha Christie.
1977: Ahora era yo uno de esos soldados de permiso. Seguía subiendo al incómodo Expreso. Veía pasar otros trenes más caros, como el TER azul o el Talgo plateado. Tampoco eran para mí.
1980: Viaje de novios. Para una ocasión especial, viajé por vez primera en un tren especial. Era la joya de la coronoa ferroviaria española, el Tren Articulado Ligero Goicoechea-Oriol. Llamaba la atención la unión articulada, tipo acordeón, de los vagones y su velocidad... ¡llegaba a 100 km/h!
1980-82: Viajes de fin de semana entre Zaragoza y Binéfar (Huesca), localidad de mi primer trabajo estable, comienzo de nuestra vida independiente. Viajes en ferrobús, tren automotor a gasoil, parecido a un autobús, muy lento. En invierno, el olor de la estufa impregnaba y sofocaba el ambiente. Alguna tarde de domingo, viajando de pié.
Estos trenes siguieron en servicio hasta avanzados los años 80. Mi primer hijo los veía pasar y despedía con la mano en la estación del pueblo.
1992: Se inaugura el AVE Madrid-Sevilla; años después ya podíamos viajar desde Zaragoza a Madrid o a Barcelona ¡en hora y cuarto! Aquel mundo ferroviario de mis recuerdos fue desapareciendo. Cerraron las estaciones rurales. Aparte del AVE, magnífico y caro, no quedan casi trenes normalitos. Los viajeros humildes van a Madrid o Barcelona en autobús.
Todos estos recuerdos me han venido a la memoria visitando el Museo del Ferrocarril en Madrid.
martes, 28 de noviembre de 2017
domingo, 26 de noviembre de 2017
sábado, 25 de noviembre de 2017
jueves, 23 de noviembre de 2017
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