Otro ejemplo de que no es lo mismo mirar que ver lo tenemos bien cerca de la escultura de ayer, en el extremo occidental de la Plaza del Pilar, frente a los Juzgados. En la gran fuente, el agua cae por unos perfiles quebrados. Las líneas poligonales parecen dibujar formas sin sentido.Pero si, nuevamente, tomamos el punto de vista adecuado e interpretamos el hueco como forma y lo sólido como fondo, descubriremos por qué se le llama la Fuente de la Hispanidad. Muchos turistas que la fotografían no se dan cuenta de que ante sus ojos se despliega un gran mapa de Centroamérica y Sudamérica; me consta que bastantes zaragozanos tampoco.
sábado, 3 de julio de 2010
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Muy cierto José Mª, poca gente lo sabe. Es necesaria una vista general como la que nos muestras.
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