Al-Muqtadir, rey de la taifa de Saraqusta, ordenó construir en la segunda mitad del s. XI La Aljafería y la llamó "Palacio de la Alegría". La belleza conseguida en sus armoniosos arcos y en las filigranas geométricas de sus yeserías constituyen uno de los más altos exponentes del arte musulmán de Al-Andalus. El actual jardín de naranjos y flores por donde discurre una pequeña acequia hasta el aljibe nos permiten evocar el paraíso de los sentidos que quiso levantar aquel monarca hudí. El rey recibía en el Salón Dorado a los principales intelectuales de la época, como el sabio zaragozano Avempace, siendo protector de las artes, de la filosofía y de la ciencia.
Al-Muqtadir fue sucedido en el trono por su hijo Al-Mutaman, quien heredó el refinamiento de su padre y llegó él mismo a escribir un tratado de matemáticas. Descubrió un teorema geométrico que debiera llevar su nombre pero que solo fue difundido en Europa en 1678, como Teorema de Giovanni Ceva. No imagino a los miembros de las actuales casas reales descubriendo teoremas entre yates y cacerías.
Un hecho curioso, porque altera la leyenda oficial de la Reconquista, es que Al-Mutamán contrató los servicios de El Cid y sus huestes mercenarias para luchar contra el rey aragonés cristiano Sancho Ramírez. Como siglos después dijera Winston Churchill: "Nuestros amigos y nuestros enemigos van cambiando; nuestros intereses permanecen". Luego se escribe la historia heróica como convenga a los ganadores.
Que preciosidad.
ResponderEliminarSonia.
Maeavilloso. Sobretodo, la primera fotografía. Abrazos.
ResponderEliminarLa luz realza la belleza de la vegetación y del arte edificado. Uno se siente afortunado cuando los encuentra en armonía. Saludos, amigos.
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