Camino del cine, me topo con la cabalgata de los Reyes Magos. Imposible cruzarla. Mis planes se desbaratan. Así que, retenido sin elección, decido disfrutar del espectáculo: no de la cabalgata en si, sino de la gente que se empuja y amontona en la acera para verla. Y observo fascinado las miradas iusionadas de los niños. Es la foto más hermosa, que no puedo traer al blog. Quedáos con mis palabras.
Una niña dice preocupada, tirando fuerte de la mano de su mamá: "¿Y si los Reyes me traen lo mismo que me trajo Papá Noel?".
Contesta la madre: "¡Que no! ¡Ya vale de dar la lata! ¡Que Papá Noel les habrá mandado un whatsapp y los Reyes ya saben qué es lo que te trajo!".
Acabo de conocer la inocencia 2.0.
Otro niño, encaramado sobre los hombros de su papá, grita con todas sus fuerzas al paso de Melchor: "¡He sido bueno! ¡He sido bueno!".
Bendita la confianza de quienes todavía creen que los buenos siempre son premiados. Ojalá que cuando descubran la realidad, no lo hagan con amargura sino con sabiduría. La bondad es el premio.
Sin duda, ésta es una de las mejores fotografías que te he visto.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, amigo.
EliminarYo quiero ver un negrico pintado de blanco para ser melchor
ResponderEliminarun padre sobre los hombros de su hijo
un concejal tirando de la carroza
una cabalgata sin discurso
un regalo sin envolver
un paje con corona
y un dios sin rey
solo eso
o así
.
Comparto tus deseos. Gracias.
ResponderEliminar¡Qué entrañables instantes has rescatado! Te deseo lo mejor para el 2015
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