He vuelto al Soto de Cantalobos, paraje natural al lado mismo del Barrio de Las Fuentes. Tras pasar el Puente Manuel Giménez Abad, encuentro unos plataneros de 35 m de altura que, según dicen, son los árboles más altos de la ciudad.Allí empieza la senda del soto, donde enseguida se advierte el reinado de la Primavera.
Pronto se divisa la desembocadura del Río Gállego. Leo en un panel informativo que es "el lugar donde se juntan Iberia y la Galia". Ello alude a que Iberia es la "tierra del Ebro" y el Río Gállego en latín era llamado Gallicum, por venir de tierras galas.
El espectáculo no está sólo en la tierra y el agua, también en el aire. Un milano sobrevuela imponente el paraje.
Al advertir su presencia, se levanta de las orillas un revuelo de aves despavoridas; especialmente ánades y gaviotas. Las aves de mayor tamaño (cormoranes, cigüeña y garza, que así de poblada está la orilla de enfrente) permanecen impasibles... no forman parte de la dieta de la rapaz.
La senda se estrecha hasta vernos rodeados de un ambiente del todo silvestre.Ya de regreso, se divisa una curiosa perspectiva de El Pilar.
Y en el azud llama mi atención que en un rincón se acumulan pelotas caidas al río. Bajo la fuerza del agua, se sumergen y vuelven a emerger rítmicamente. Imagino un berrinche infantil por cada una de ellas.
¡Qué decir!... muy impactante. Me maravilla la facilidad que tienes para captar fotografías tan detallistas de, por ejemplo, una mariposa. La fotografía del milano es espectaculer. Resutla increíble que toda esta naturaleza se pueda captar a poca distancia de la ciudad. He de marchar hacia ese lugar. La fotografía de la senda rodeada de vegetación bien pudiera ser de un paisaje del pirineo. Preciosa.
ResponderEliminarHola José María, he llegado a tu blog, desde Marcos Callau, a través de Elvira de Flores y Palabras, ¡ me ha encantado ver el soto,yo también soy de Zaragoza y el 27 de Marzo estuve con el grupo del curso de etnobotánica, tengo que volver a ver qué especies han cambiado.
ResponderEliminarGracias por enseñarlas, preciosas.
Rosa