miércoles, 24 de diciembre de 2014

Regalos de Navidad: la virtud comprada

Vuelvo a visitar el Museo de Zaragoza y descubro o recuerdo detalles que justifican repetir las visitas e irlo conociendo poco a poco. Empezaré por uno que se relaciona con la costumbre de hacer regalos en estas fechas.
La dote de las tres hermanas (1532), obra en alabastro de Damián Forment, procedente de la ermita de San Nicolás de Bari en Velilla de Ebro. Museo de Zaragoza.
Se representa la escena de la dote de San Nicolás a las tres hermanas. Tres doncellas duermen juntas, mientras su padre está a los piés de la cama. Sobre ella, dos bolsas de oro arrojadas por San Nicolás para salvarlas de la prostitución. Esa leyenda ya fue comentada, junto a otros dos milagros del santo donde curiosamente también rige el número 3 (ver: Santidad por triplicado). Decía así:
"Uno de los milagros cuenta la historia de tres chicas de la ciudad vieja, muy pobres. Su padre temía mucho por ellas ya que no tenía dinero para mantenerlas y tampoco para darles la dote para que pudieran casarse, por lo que temía que terminaran como prostitutas para poder vivir. San Nicolás tomando tres esferas de cristal y convirtiéndolas en oro, se las hizo llegar a través de la ventana a las tres jovencitas y asi cada una tuvo una buena dote para poder casarse y se salvaron de un triste destino. Cuando echó las esferas por la ventana, cayeron en unas medias de lana que las jóvenes habían dejado secando (San Nicolás es quien trae los regalos navideños en el norte de Europa y por eso se cuelgan las medias que sirven para recibir los regalos)".
El trasfondo de la historia es tremendo: la mujer no podía tener independencia económica y, para poder sobrevivir, su destino era la prostitución o el matrimonio que, desde esa óptica de la compraventa, venía a ser una prostitución santificada. Ante ese panorama, tener tres hijas no era algo bienvenido. Las historias de santos suelen desarrollarse en escenarios de violencia y miseria.

2 comentarios:

  1. Qué interesante!! Desconocía de dónde venía la costumbre de colgar calcetines. Gracias por compartir tu saber. En cuanto al trasfondo de la historia, ojalá hubiéramos avanzado más. Si nos fijamos en la cantidad de agresiones hacia la mujer, nuestra sociedad tampoco ha mejorado tanto en cinco siglos. Qué pena!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Pilar, por tu comentario. Para entender lo que todavía pasa es bueno conocer de dónde venimos.

      Eliminar