Ya ocurrió en
otra ocasión. Por prudencia y respeto, no fotografié lo que ví. Intentaré ahora también que las palabras suplan a las imágenes.
Paseo de las Damas, un día de la semana pasada a las 22:45.-
Unas 20 personas, algunas en solitario y otras en grupo, pertrechadas con palos y carritos de la compra se arremolinan expectantes en la puerta del Corte Inglés (no quiero hacer publicidad, pero me parece una tontería andar con rodeos). La puerta se abre y un empleado saca un contenedor de basura con ruedas que ni siquiera conduce hasta el bordillo de la acera, lo empuja y rueda hacia el grupo. La gente que esperaba se abalanza rápidamente sobre el contenedor y disputan enérgicamente por conseguir las grandes bolsas negras que guarda. Las cargan sin siquiera revisar su contenido. El prestigio del establecimiento llega a su basura.
Voces y empujones por conseguir el botín. Desde la Calle León XIII, sentados en una terraza de verano, otras personas contemplan la situación con una copa en la mano.
En este caso, no parece que los números sigan o establezcan un orden.
Si observamos el plano, comprobamos que la numeración es correlativa entre calles paralelas, como ocurre en Manhattan. Los números ordenan.
Fotos: Daniel Sierra.
Fotos: 1 C.E.I.P. Gascón y Marín. 2 y 3 IES Pedro de Luna.
Fotos: 1 El Batallador. 2 Parque Grande. 3 La Seo e Ibercaja aparentemente cercanas. 4 Cielo sobre La Romareda. 5 El Cubo de Urbanismo como un espejo.
http://www.lareserva.com/home/plantas_mas_venenosas_del_planeta
Fotos: 1 Calle Paraíso. 2 Parque Roma. 3 Plaza San Lorenzo. 4 Paseo Pamplona. 5 Fernando El Católico.
El Puente de Piedra, desde donde ayer hice esta foto, con ocasión del Mercado Medieval aparecía "decorado" con una coleccion de instrumentos de tortura muy explícitos. No quise darles más notoriedad, no los fotografié. Su exhibición a plena luz del día me pareció desagradable, morbosa e impropia de lo que se pretende que sea un hecho festivo. Muéstrense en un "Museo de la tortura", que para todo hay gustos, pero no se imponga tal impacto visual al paseante ocasional, niños incluidos.
Y comenta: "Parece que lo de mear entre dos coches aquí se convierte en algo más elaborado entre dos contenedores. O acaso falte un tercer contenedor; en cualquier caso, es de agradecer que no tiren la taza en la orilla del río, como he visto en otros lugares. Y para completar la composición, el cartel del supermercado: por delante las viandas, y por detrás la salida de residuos".
En la escuela, hace muchos años, me enseñaron que "la palabra sólo lleva acento cuando se puede sustituir por solamente". Hace pocos años, la Real Academia dictaminó que "la palabra solo nunca debe llevar acento". La Lengua no se rige por criterios de rigor, es cambiante.
