La he visto por vez primera en la ciudad, en el tramo más céntrico del río, sin inmutarse por el paso de un piragüista o por los cantos repetitivos y cercanos de los peregrinos en aquellas fechas. Me maravillan la doble curva de su gran cuello listado y su hermosa estampa al contraluz, apenas una silueta bajo los arcos de los puentes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Con estas preciosas fotos de las aves de la ribera, puede que consiga cambiar mi total incompetencia para distinguir unas de otras. Voy a empezar con las siluetas de la garza real y la imperial.
ResponderEliminarPreciosas tus fotografías, todas. La de contraluz es magnífica para admirar su perfil y la del puente es genial. Un abrazo
ResponderEliminar