Ya no es novedad ver grupos de turistas chinos haciendo fotos y comiendo jamón en la Calle Alfonso, pero lo que no esperaba encontrar era un pato mandarín en el Huerva. Por su vistoso plumaje supe que era un macho pues, como sucede en muchas especies de aves, los presumidos son ellos. Considerado en China como animal portador de buena fortuna, y de amor y afecto
conyugal, tradicionalmente una pareja de estos patos
era el regalo principal en las bodas más importantes.
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