Celebramos otro año la llegada de una familia de Oriente Medio a un pueblo ajeno donde, según la leyenda piadosa, no encontraron posada y recibieron el calor de unos animales, la comida de unos pastores y los obsequios de tres magos. A los pocos días tuvieron que huir de allí para salvar la vida de su hijo. Quienes hoy, en parecidas circunstancias, les emulan, si consiguen llegar a tierras más seguras, encuentran la puerta cerrada por oscuros gerifaltes que alardean de su cristianismo.
jueves, 24 de diciembre de 2015
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