Un 10 de mayo (1995) esta ciudad fue feliz porque un balón trazó una parábola prodigiosa en el Parque de los Príncipes de París, impulsado por un jugador ceutí de origen árabe al que su decisión y pericia balompédica han converrtido por siempre en maño distinguido, con calle dedicada en el Barrio de San José.
sábado, 10 de mayo de 2014
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¡Que golazooooo! Merecida su calle, como no.
ResponderEliminarLo recuerdo bien pero hace mucho que no lo volvía a ver. En los días posteriores al partido lo repitieron unas cien mil veces por todas las televisiones. La verdad es que fue un hecho insólito: último segundo del partido, un tiro desde unos 40 metros y un gol que daba un título europeo. Qué contraste tan dramático con la situación actual del Real Zaragoza. Habría mucho que hablar sobre las causas de esta situación, pero no es el momento ni lugar.
ResponderEliminarEn cuanto a ponerle el nombre de Nayim a una calle, tenía entendido que había sido en un pueblo de Zaragoza. Desconocía que también existiera en Zaragoza.
Sí, amigos. Comparto vuestras impresiones pero, sobre todo, recuerdo esa felicidad colectiva que invadió a esta ciudad.
ResponderEliminarDel Real Zaragoza actual... lo primero que me viene a la cabeza es el cabreo por saber que en estos tiempos duros la DGA ha tenido que poner dinero público como avalista de créditos no pagados. Y menos mal que no se llegó a construir aquel superestadio. Aunque muchos lo vean como "símbolo de patriotismo local", no deja de ser una sociedad anónima que no merece esas ayudas más que la tienda de la esquina que está a punto de cerrar. Bueno, en realidad, las merece menos pues parece que ha llevado una gestión turbia.
Saludos.