Colegio Público "Joaquín Costa"

Siempre he tenido admiracion por este edificio y lo que representa. Hoy traigo sus fotos junto con la explicación de su historia que aparece en la web del propio colegio (http://cpjcozar.educa.aragon.es):

Zaragoza en 1920 contaba con una población infantil sin escolarizar de más de 1.000 niños y niñas. Por otra parte, las necesidades materiales de la escuela pública eran con mucho superiores a las de las escuelas dependientes de las congregaciones religiosas. Para paliar este déficit se planteó y aprobó la construcción del Grupo Escolar Joaquín Costa. Desde el principio su construcción ilusionó a los zaragozanos, y tanto las autoridades, como la prensa local, y la ciudadanía en general contribuyeron a que el proyecto se hiciera realidad.
Desde el primer momento el grupo escolar estuvo ligado a la figura de don Joaquín Costa y supo traducir sus ideales: “Hay que defender a la patria con los libros en las manos”. De hecho, la primera partida presupuestaria, fue un fondo que por suscripción popular se iba a destinar a erigir un monumento a Joaquín Costa, que de esta manera pasó a ser la propia escuela.

Planteó y dirigió la obra don M. A. Navarro Pérez, quién manifestó: "Si es, y será lo proyectado, resultará la escuela mejor de España”. Se proyectó en 1922, pero su elevado coste hizo que la ejecución se dilatara, no llegando a inaugurarse hasta el 24 de Noviembre de 1929. M. A. Navarro utilizó un estilo ecléctico, conjugando tradición y modernidad, recreando un palacio clásico, al que sumó elementos de raíz aragonesa, como son las columnas anilladas. Y todo ello sin olvidar la funcionalidad que su uso requería.

El Colegio contó con unas instalaciones de excepción (piscina cubierta, salón de actos, talleres, ropero, cantina escolar, etc.).  Además estuvo dotado de una organización y recursos novedosos, siguiendo el ideal de Costa y las nuevas corrientes pedagógicas, fundamentalmente la Institución de Libre Enseñanza y la Escuela Nueva. El edificio se desarrolla sobre una planta en abanico de tres naves que convergen en una rotonda cubierta por una cúpula acristalada que rasga el edificio en toda su altura. A ésta le precede una portada en chaflán. Las naves laterales en cada uno de los tres pisos de que consta la obra alojan las aulas, y las distintas salas. En la nave central se sitúa el teatro, el comedor y la cocina entre otras dependencias.

Un frontón rectangular, obra del escultor Antonio Torres remata la fachada, sintetizando el mensaje del edificio: unos grupos de niños, Minerva (diosa de la sabiduría) y el escudo de la ciudad. Estamos ante un verdadero palacio de la enseñanza y educación de los niños y niñas zaragozanos.