En la Calle Palafox, el que meses atrás fuera el balcón de las regaderas es ahora el balcón de las mariposas. Siempre que paso por allí lo miro, aún antes de que luciera tan imaginativas decoraciones, porque, ¿sabéis?, allí viví mis 13 primeros años... y busco con la mirada por si es donde quedaron tantas cosas perdidas.
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Curiosísimo balcón; auténtico escaparate de sensibilidad e imaginación.
ResponderEliminarUna entrada muy emotiva y nostálgica por lo que parece representar de vivencias propias.
Un abrazo.
Ha sido una casualidad que ese balcón que ahora ofrece sorpresas, a cuyos dueños no conozco, sea el de mi casa de infancia.
Eliminarcomo tendran la casa??' que recuerdos no^^?
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