Durante las pasadas Navidades visité la exposición de la procesión del Santo Entierro de Viernes Santo. Pude ver de cerca las figuras de sus pasos. Guiado tal vez por un instinto perverso, no despertaron mi atención los santos personajes bíblicos, con expresiones dolientes o beatíficas, sino los "malos" de la historia, los soldados romanos. Con sus muecas exageradas, esta imaginería del siglo XIX anticipaba a los personajes del cómic y a los ninots falleros. Ved los feos rostros de la maldad...
La ira en la detención:
La crueldad en la tortura:
Supongo que ya entonces dirían aquello de "yo solo cumplía órdenes", excusa para tantos abusos de los represores que en la historia ha habido.
Ojalá que la maldad siempre tuviera rostros tan evidentes; que siempre estuviera tan clara la división entre "buenos" y "malos".
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