En la exposición "Ming: El Imperio Dorado" (en Caixaforum, hasta el 11 de junio), han llamado mi atención las escenas pintadas donde el agua tiene protagonismo. En general en los paisajes reina la calma y la serenidad. Apenas una pequeña barca o unas pocas pinceladas convierten ante nuestra mirada a la nada en lámina de agua.
Al visitar esta exposición os recomiendo dedicar un tiempo al
audiovisual que en la misma se ofrece, donde nos acercamos a la
increíble perfección técnica del trazo de tinta sobre el papel, una
disciplina perfeccionada a través de siglos.
Sin embargo, en El lago Dongting agitado, las aguas revueltas amenazan con estrellar a dos barcas y los marineros luchan contra el viento. La escena está repleta de trazos. Barcas y espumas lo llenan todo, transmitiendo una sensación vertiginosa.
A su vez, en otra escena palaciega se expresa el lujo y el boato de la corte sobre una barca. Contrastan el detallismo con que se representa el séquito frenta al minimalismo de las aguas.
¡Gracias por la recomendación! Desde luego, iremos. Abrazos.
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