Había contemplado en la orilla izquierda del Ebro la placidez de esta pata con sus polluelos. Muy tierna imagen.
Cuando unos minutos más tarde llegué al Puente de Hierro, ví otra familia de patos como la anterior. No me molesté en fotografiarla y me fijé en las carpas que aparecieron en el post de ayer. Cuando, de repente, un chapoteo tremendo desbarató el grupo familiar. Llegué tarde con la foto, pero en ella se ve que junto a una carpa hay otro pez... un siluro, me dijo otro paseante que lo vió y dijo ser pescador. Lo cierto es que, cuando volvió la tranquilidad al lugar, a mamá pata le faltaban 3 patitos. La vida es dura.
Impresionante la historia y preciosa la foto familiar.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Preciosas fotos aunque tenga mal final la historia... ¡Pobre mamá pata!
ResponderEliminarEl siluro es especie importada e invasora y por lo que vemos ahora dañina. ¿No se podía hacer algo para alejarla de estas aguas?
ResponderEliminarJesus Monreal