La Calle Candalija se ofrece desde la Calle Alfonso I como la "Senda Pablo Gargallo". Al comienzo, la escultura El pastor del águila.
Más adelante, la recientemente instalada de La vendimiadora.
Luego, ya en la Plaza de San Felipe, Los jinetes olímpicos custodian la entrada al Museo Pablo Gargallo, que no por conocido deja de merecer una visita. Frente a esos museos enormes donde uno se siente abrumado, en este caso acudimos a las excelentes esculturas de Gargallo de una en una, como quien encuentra un tesoro. Además, la visita es un agradable paseo por un edificio que por si sólo la justifica. Un oasis de calma y belleza en el centro de la ciudad.
Estupendo y artístico paseo el que se puede disfrutar por esa calle, amigo. Es que Zaragoza tiene estas cosillas que nos obliga a quererla...
ResponderEliminarQué bellas fotografías, esta misma tarde he estado en la misma plaza y parece que ahora lo veo de otra forma. Gracias...
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