Los dragados que se hicieron en Zaragoza no sirvieron de nada. El río los colmató en poco tiempo. Me parece inviable por carísimo dragar kilómetros y kilómetros para que el río lo desbarate enseguida. Veo necesario reforzar las defensas de las zonas habitadas, para que no se repitan los penosos episodios de estos días, y dejar al río su espacio, sin construir ni cultivar comiéndole terreno. Al final, la fuerza de la naturaleza se impone. Saludos.
Muy gráfico. Desde luego no hace falta explicar más. Sólo felicitarte de nuevo por tu especial mirada y por estas fotografías tan oportunas.
ResponderEliminarGracias, Pilar.
ResponderEliminarFabulosa comparación. Buen ojo, de gran fotógrafo. Enhorabuena.
ResponderEliminarEl Ebro es un río con mucha vida, no sé si limitar su "libertad" de crecimiento y movimiento será la solución, ¿limpiar? ¿dragar?...
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Los dragados que se hicieron en Zaragoza no sirvieron de nada. El río los colmató en poco tiempo. Me parece inviable por carísimo dragar kilómetros y kilómetros para que el río lo desbarate enseguida. Veo necesario reforzar las defensas de las zonas habitadas, para que no se repitan los penosos episodios de estos días, y dejar al río su espacio, sin construir ni cultivar comiéndole terreno. Al final, la fuerza de la naturaleza se impone.
ResponderEliminarSaludos.
Exactamente Jose María.
ResponderEliminarSonia