Sorpresas, perplejidades y asombros de un paseante
Me da más miedo el de la tijera. Aunque, siendo sinceros, el otro día cuando me crucé con él en la calle Estébanes y advertí su presencia por primera vez, no pude más que reír.
Me da más miedo el de la tijera. Aunque, siendo sinceros, el otro día cuando me crucé con él en la calle Estébanes y advertí su presencia por primera vez, no pude más que reír.
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