Conmovido por el fanatismo religioso y la crueldad que veíamos ayer, salí del Museo a la Plaza de Los Sitios. Allí, la estatua alegórica de la Ciudad parecía ajena a quienes combaten a sus pies, para solazarse con esta verde primavera. Ya se ha visto alguna otra vez a la estatua en actitud lúdica: enlace.
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