sábado, 8 de septiembre de 2012

Soy peligroso

En las últimas semanas, la Policía Nacional ha completado en nuestra ciudad brillantes y arriesgadas misiones: reprimir a unos peligrosos individuos culpables del incalificable delito de portar camisetas verdes con el lema "Escuela Pública, de todos para todos". Primero fueron denuncias por protestas pacíficas, que han llevado a sanciones económicas contra estos "delincuentes verdes". Anteayer, se impidió el acceso a la Reunión de Directores de Centros de Enseñanza convocada por la Consejera de Educación, Dolores Serrat, a aquellos directores que portaban tales prendas, estando debidamente acreditados por haber sido convocados oficialmente... hasta que, en vista del escándalo que se estaba montando, un individuo trajeado les dijo que los dejasen pasar (a los que llevan traje se les obedece).
Ahora sin ironía... que hoy me cuesta mantener el humor. Si estos policías tienen conciencia democrática (quiero suponer que sí la tienen), aunque están cumpliendo órdenes, debieran estar avergonzados. Reprimir a unos ciudadanos por el color de su ropa y por un lema que a nadie insulta es un comportamiento totalitario, que no es de "servidores públicos" sino de "servidores del partido en el poder".
¿A quién puede ofender el lema "Escuela Pública, de todos para todos"... sólo a los enemigos de la Escuela Pública que, desgraciadamente, son ahora sus máximos gestores políticos. La zorra está cuidando el gallinero. Aunque ya nada me sorprende, después de ver, hace pocos años, que un lema casi parroquial, como el "No a la Guerra", incomodaba a personas "muy cristianas" y "de bien".
Si hoy me explayo así es porque soy uno de esos "presuntos delincuentes" que cada miércoles lleva una camiseta verde. Y la llevo porque soy reincidente en el "delito" de defender una educación entendida como servicio público, sin exclusiones ni sectarismos. He entregado mi vida profesional a la Educación Pública durante ya 33 años y no estoy dispuesto a contemplar en silencio cómo se desmonta en cuatro días lo que nos ha costado tantos años construir; actuando contra los ciudadanos, al servicio de los intereses financieros y con el objetivo de la privatización.
Así que lo aviso... voy y seguiré yendo de verde, soy peligroso.

"Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". Artículo 20. 1. a) de la Constitución Española (vigente todavía, mientras Merkel no ordene otra cosa).

6 comentarios:

  1. Recibe mi solidaridad y respeto por el trabajo que desarrollas y la causa que defiendes.
    No obstante, creo que los policías, en cuanto funcionarios públicos no pueden ni deben desoir las órdenes que reciben de sus superiores. En todo caso, la responsabilidad correspondería a éstos últimos.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, Anaximandro.
    Entiendo tu observación sobre la necesidad de disciplina en la Policía y por ello en situaciones que todavía no son límite no espero su indisciplina. Sólo me refería a lo que debiera pasar por su pensamiento mientras obedecen. Pero, además, hay grados en el acatamiento de las órdenes y en el último año demasiadas veces esa obediencia va acompañada de un innecesario énfasis (saña en ocasiones).
    Y un pensamiento, por supuesto más allá de estos hechos: ¡cuántas barbaridades se han cometido en la Historia de la Humanidad cumpliendo órdenes! Hay momentos en que la conciencia debe prevalecer.
    Un abrazo.

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  3. Creo que has expuesto muy bien esta situación tan surrealista que estamos viviendo, en la que los "delicuentes" son los que defienden lo público mientras que los gobernantes que lo están desmantelando se protegen de los ciudadanos para los que deberían trabajar, con escoltas y fuerzas de seguridad.
    Yo también pienso seguir "delinquiendo" de verde los miércoles.

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  4. Magnífica matización, José María. La suscribo totalmente.
    Por mi parte solo recalcar que en mi opinión la desobediencia o amotinamiento de los servidores públicos debe reservarse a situaciones límite de manifiesta ilegalidad o violación de derechos fundamentales. Sería grave, injusto y peligroso que determinadas decisiones quedaran a la discrecionalidad e interpretación subjetiva de cada servidor público.

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  5. ¡Ah! mi mujer también quiere meter baza. Y me dice que te transmita con todo afecto que ella, como funcionaria, se manifiesta todos los viernes en la puerta de su centro de trabajo, y que los policías que allí acuden se limitan a controlar el tráfico, además de expresarles su comprensión.
    Bueno, espero que no quieran opinar también mis vecinos.

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  6. Gracias por vuestras opiniones, tan claras y a la vez serenas. Es un lujo recibirlas y os las agradezco.
    ¡Vaya diferencia con las trifulcas de insultos cruzados en que se convierten los foros de opinión de la prensa digital!, a propósito de noticias como esta, sin ir más lejos.

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